LA NOVELA

Lo más característico de la novela es su, por lo general, amplia extensión y el hecho de que esté escrita en prosa. También se diferencia por su carácter abierto y su capacidad para integrar elementos diversos en una narración compleja. Este carácter abierto otorga al autor o autora la posibilidad de introducir numerosos personajes que puede desarrollar en profundidad. Es decir, es muy habitual que durante el desarrollo de la novela podamos conocer múltiples aspectos de la forma de ser o de la psicología de los protagonistas y apreciando así, tras su lectura, que se han producido cambios relevantes tanto a nivel interno como externo. Dicho autor también tendrá la posibilidad de introducir historias entrelazadas a las que puede dotar de mayor o menor importancia. El hilo conductor de la novela sería lo que conocemos como trama principal, mientras que todos los argumentos que se supeditan a esta se conocen como subtramas.

Además, quien desarrolla una novela tiene la posibilidad de incluir textos de diferentes tipos para otorgar verosimilitud a lo que cuenta: documentos, noticias periodísticas, cartas, leyendas, poemas, canciones... Todo lo mencionado convierte a la novela en el texto de más complejidad dentro de los subgéneros narrativos.

La novela moderna, tal y cómo la entendemos hoy, aparece en lengua castellana con la llegada de el Quijote (1605 y 1615) de Miguel de Cervantes Saavedra

Estatua homenaje a Miguel de Cervantes
 del escultor catalán Antonio Solá
Fuente: Pixabay. Imagen con licencia Creative 
Commons.

Comentarios